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El sábado 1º de agosto un grupo bastante numeroso nos encontramos en la Cooperativa Gráfica Patricios para recorrer la planta y conocer la historia de este taller gráfico que fuera tan importante en su momento y que sigue funcionando hoy en día gracias al esfuerzo y voluntad de sus trabajadores.
La visita guiada nos llevó por las instalaciones de esta amplia planta, recorriendo las áreas destinadas a cada instancia de la producción gráfica y conociendo las maquinarias (pudiendo incluso ver una impresora rotativa en pleno funcionamiento). Sin embargo, todo esto terminó pasando a un segundo plano frente al testimonio de Gustavo Miranda, nuestro guía, que nos contó las dificultades que pasaron los trabajadores luego de que se declaró la quiebra de la antigua firma, Talleres Gráficos Conforti.
Con suma generosidad y evidenciando en cada frase la sapiencia de quien ha hecho carne lo vivido, Gustavo nos contó cómo fueron los 9 meses de toma de la planta, en los que los trabajadores se turnaron para ocupar cada sector de un edificio sin luz, agua ni calefacción. Se refirió a lo duro que fue cobrar en bonos que llegaron a ser de $50 semanales y lo que significó para cada uno de ellos y para sus familias tener como único plato de comida el provisto por el Sindicato Gráfico. Nos explicó también los pormenores que tuvieron que pasar cuando, una vez constituida la cooperativa, los proveedores no querían venderles y los clientes no confiaban en contratarlos, debido a la experiencia nefasta que habían tenido con la firma original. Para Gustavo, como para cada uno de sus compañeros, fue una lucha personal por defender lo propio y por sostener su derecho a seguir trabajando.
Hoy en día la Cooperativa Gráfica Patricios emplea a unos 67 trabajadores. Cada uno de ellos se desempeña operando las maquinarias de la planta, incluso aquellos que ocupan puestos jerárquicos y administrativos (los cuales se renuevan por votación cada 3 años). Si bien en un principio todos se ocupaban de todo y se tuvo que aprender lo que no se sabía haciendo, equivocándose y siguiendo adelante, actualmente las tareas están nuevamente organizadas y sectorizadas.
Más allá de la posibilidad que tuvimos de conocer los aspectos técnicos de la producción del establecimiento, seguramente al finalizar la visita y luego de abandonado el lugar lo más valioso que se llevó cada uno de los visitantes fue la experiencia de vida que nuestro entrañable guía compartió con todos nosotros.

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